viernes, 1 de abril de 2011

1º parte / 6*

Chris:
Pasaban los días y el no regresaba, ya llevaba dos meses acudiendo al bosque, caminando por el pueblo, pero todo parecía desierto.
No me preocupaba en mirar el movil, y mi madre no se preocupaba por mí.
No sabía que pensar, quizás fue mi culpa al decirle aquello, quizás le ubiese pasado algo, quizás simplemente se aburrió y decidió marcharse.

Me pasaba horas en mi cuarto mirando por la ventana, esperando ver algo interesante, y lo único interesante en esos dos meses fueron los lobos que de vez en cuando pasaban entre los árboles.


Intenté buscarle, pero desapareció bastante bien. Al principio estube más preocupada, pero ahora estaba mas cansada que cualquier otra cosa.

Aunque sabía que me podía la cordura, y la parte que estaba preocupada también era bastante grande.


Me dediqué a recortar unas fotografías y a pegarlas por toda la pared, en una aparecía el, de fondo, en una de las muchas veces que fuí al bosque a caminar. Estaba escondido tras un arbol. Así que me conocía de bastante antes de que le viese yo por primera vez.




Le echaba de menos, y jamás lo diria en voz alta. Bajé al jardín y me senté en los columpios en los que jugamos una vez, a exrañarle.

No sabía que hacer, ni cuanto devía de esperar, así que pensé que ya era hora de salir por mi cuenta a un sitio que no fuese el bosque, y olvidarme de esto. Y así lo haría.

Entré a casa y  luego salí por la zona y me encontré con un amigo. Me vino bastante bien para olvidarme de todo. Estuvimos hablando de todo lo que habíamos hecho, y me tube que inventar una historia que quedó bastante creible.

Pero al volver, me dí cuenta de que no había mejorado para nada, eso no era lo mio, no me gustaba realmente. Lo que me gustaba era pasar las tardes en el bosque, como antes, fotografiando todo lo que me llamaba la atención, y encontrar una belleza pararela.

Así que volví a intentar pasarmelo bien, en algún sentido. Y me sentí mejor cuando paseé por el bosque y empezaron a llamarme la atención múltiples cosas que antes no lo hacían.

Empezé a fotografiarlas todas, sin pararme a mirar como habían salido. Sin pararme a mirar en los detalles.
En unos detalles que significaban demasiado para mí.

Cuando terminé volví a casa, y me paré a mirarlas bien. Había algunas que eran especialmente bonitas.
Y una sobretodo.

Me quedé de piedra.
Pero no salí corriendo a buscarle, eso solo significaba que si era el, había perdido el interés en volver a verme. Aunque ni siquiera podía afirmarlo,solo veía una figura borrosa al fondo;


Quise salir corriendo por un momento, y buscarle para comprobar si era el, montar una escena y gritar su nombre por el bosque, pero ese momento se desvaneció al recordar como me golpearon.
Me conformé con mirar por la ventana, como estos últimos inmemorables días.

No ví nada del otro mundo.

No sentí nada del otro mundo, quizás decepción. Anelo.

Pero las cosas son como son.
Mi mariposa de otoño había caido.

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