miércoles, 6 de abril de 2011

Capítulo nueve;

 Chris;
Vomité. El dolor de cabeza se había convertido en algo más. Me retumbaba, estaba mareada.
Corrí hacia el armario en busca de paracetamol, y me lo tomé. Cogí el termómetro: 39,5º
Llamé a mi madre:
- Mamá, ¿puedes venir?
- no, ¿por qué?
- me encuentro mal...
- Pues vé al médico, cariño
Colgó.
No podía ni andar recto, iva a ir al médico..
Decidí esperar, así que me subí a mi cuarto y me quedé dormida.
Horas después me despertó una convulsión, no habían pasado muchas, quizás dos.  George me miraba asustado, y me cogió en brazos.
- Estas ardiendo -susurró-
Me llevó hasta su coche, en el camino al médico me tocaba continuamente la frente, mas de las necesarias. En una de esas empezó ha acelerar.
- Frena -musité-
- No, ¿que tal te sientes?
- Siento ganas de... tengo sueño..
Cuando llegamos me dí cuenta de que era el hospital. Me subió.
No recuerdo mucho mas, solo las palabras de una enfermera, dirigiendose a el, supongo.
-<< Solo es fiebre, que siga tomando paracetamol, no podemos hacer más, se mejorará.... >>

George;
La enfermera me estaba tocando las narices.
Solo es fiebre, solo es fiebre.

El regreso a casa fue bastante mejor, yo iva un poco mas relajado y pude conducir con tranquilidad.
La cogí de la mano, estaba mirando por la ventanilla. Me miró de soslayo y sonrió.


- ¿estas mejor? -pregunté-
- Sí, eso creo. Me dedicó una sonrisa devil.
Aparqué en mitad de la calle, necesitaba descansar, pensar, olvidar. Recordar.
Me quedé descansando en el asiento, apoyado contra el cristal.
Chris se recolocó y se acercó a mi, levantó una mano y me acarició la mejilla, apoyandose en mi hombro.
Olvidé todo lo que quería olvidar.
Por una vez, quise comportarme como una persona normal, que no va robando a la gente, ni haciendo cosas por el estilo, que eran bastante peores.
Coloqué mi mano en su cabeza, y la empezé a enredar en su pelo.
Cerró los ojos y posó su mano en mi estómago.
Se acerco Josh , y tocó la ventanilla. Era uno de los chicos que trabajaba conmigo.
Chris se sobresaltó, y le miró.
Su cara se tensó y adoptó una de nerviosismo, le miró a el, y luego me miró amí.
Bajé la ventanilla.
- ¿Así que es en... esto, en lo que dedicas las tardes? -dijo-
Chris me agarró la mano con fuerza, insistiendo.
Josh la miró, y añadió algo.
- ¿Habeis limpiado ya el desastre de los cristales, y todo eso? Nos salpicó con una sonrisa maliciosa.
Ya lo entendí.
Su comentario. Las miradas de Chris.
Los cristales de su casa.
Las heridas de su brazo.

Me invadió la furia.
Salí del coche, y le dí un puñetazo.

"- No la cuidarás eternamente, George."

No se defendió, se levantó y se fue mirándome por encima del hombro, todavía con una sonrisa en su cara.

Chris estaba en el coche, me miraba con preocupación.
Me acerqué a ella, me metí en el coche y conducí lo más rápido que me permitian hasta su casa.

Ella no se podia quedar allí. Y yo tampoco.

La subí a su cuarto llevándola del brazo.

- Haz las maletas -ordené-
- Pero... George, escucha...

Me llevé las manos a la cabeza.

- Hazlas, ya.


Me obedeció, pero sus ojos se le inundaban de lágrimas.
Empezé a ayudarla, cogí unas cuantas camisas, las doblé y las guardé.

Abrió la boca para decir algo, pero la volvió ha cerrar.


- ¿tu no vienes? Hizo una mueca de dolor.

-  Yo voy contigo.
 
Me acerqué a ella y la abrazé, la dí un beso en la cabeza.
Ahora tocaba la parte más dificil.
Volver a casa.

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