jueves, 7 de abril de 2011

Capítulo 10;

George;

Conducí con el coche unas cuatro horas, al principio estube hablando con Chris, hasta que se durmió.
- ¿Que le diré a mi madre?
- Que estás en una excursión, o algo así.
- mmmm...
- ¿Qué? -Fruncí el ceño-
Sonrió y se volvió.
- ¿Qué? -Insistí.-
- Nada, nada de nada
me despertó curiosidad, pero no dije nada mas.

Cuando ya llegamos a mi... a mi casa, la desperté.

- Chris, despierta

- mmmmm... luego..
Tenía la voz amodorrada.

- venga, nos tenemos que instalar todavía, despierta.

-Estoy despierta...

- Lo que tu digas -reproché-

Me coloqué  de rodillas a su lado, y la empezé a molestar.

- Para ya... ahora me levanto.. -protestó-


Cogí las maletas y las llevé dentro de la casa. Pensé que estaría mi padre, no era el "real" por decirlo de algún modo, pero me crió de pequeño.
Se levantó, y vino a mi lado.
Se quedó observando la casa, hasta que pasó.

- Valla -murmuró-
Se fué directa al salón, a ver las fotografías.
Sonreía con cada una de ellas, y las obserbaba atentamente, a otras las acariciaba por encima...

- Ese era yo.
- Este eres tú -señaló-


La dí la mano y la guié hasta arriba, subimos las escaleras y la conducí a la habitación del fondo.
- Esta es tuya -sonreí-
Entró, se quedó casi inmovil.

- ¿Te gusta?
Asintió, y miró al techo.

Chris;

Todo era tan...
No sé explicarlo.
Había miles de fotografías puestas por las paredes, por el techo... La luz inundaba toda la habitación, la fila de ventanas de cristal surcaba gran parte de la pared, y había una en el techo, al fondo, en una esquina.
Me fijé en una, salía el cogido de la mano de su madre, de pequeño. Esa foto resumía toda la relacción que había tenido con ella.
George miraba al suelo, inquieto. Y su madre tenía una mirada vacía que posaba solo en la botella de alcohol que había sobre la mesa.
No tenía ninguna más de esa mujer.
Todas las demás eran de el, y de su padre. De algún amigo, de sus ojos grises, del bosque.
No podía dejar de mirar hacia todos los lados.
George esbozó una sonrisa de satisfacción.
Al cabo de un rato habló;
- Tenía mucho tiempo libre, y me aburría.
- Pues lo empleabas bien.
Le sonreí.
Me senté en el colchón puesto directamente sobre el suelo y empezé a canturrear una canción que se me vino a la mente. << El sol es brillante cierro los ojos, el verano me ha pillado por sorpresa y ahora me quedo aquí esperando para que me digas cómo se....>>
Me miró curioso.
Y yo seguí desafinando a mi manera.
Me sonrió  y se acercó a mi lado. Se sentó en el suelo.
- Tu habitación me gusta -dije al fin-
- Mejor, las demas son aún peores. Se rió.
Negué con la cabeza con un gesto irónico y miré al suelo
Se levantó y puso música, no supe identificar la canción, pero me cogió de la mano y me levantó.
Empezó ha zarandearme hasta que me dí cuenta de que lo que quería era bailar.
Me reí y le cogí de la mano, poniendo la otra sobre su hombro.
Éramos increiblemente torpes; yo le pisaba, el me pisaba, yo me pisaba a mí misma. Pero nisiquiera lo noté, nunca me había entusiasmado bailar, y aunque eso no fuese un baile precisamente por la falta de coordinación me divertí.
Empezamos a girar, y me daba vueltas, hasta que me empezé a encontrar mal de nuevo.
- ¿Tienes paracetamol?
-hizo una mueca y buscó en sus bolsillos-
- Toma, ¿te vuelves ha encontrar mal? -me miró a los ojos-
- No mucho, pero prefiero prevenir.
Intenté esbozar una sonrisa, pero creo que me salió bastante mal.
Me fijé en ese momento en una guitarra, e intenté desviar el tema.
- ¿tocas la guitarra?
 Se giró para mirarla.

- Sí, bueno, un poco -contestó-

Le sonreí, esta vez realmente.
- Algún día te haré alguna canción -prometió-
Esperaba que ese día llegase pronto.


George;

Cuando se durmió empezé a trabajar en la canción, aunque no tenía nada.
Cogí la guitarra y me fuí a la habitación de abajo.
Y como pensaba; nada.




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