lunes, 28 de marzo de 2011

Capítulo cuatro;

Ya había pasado una semana.
Ese día me levanté y fuí al salón, estaba mi madre desayunando y ya estaba vestida. Todo indicaba que hoy me tocaba estar sola.
- Buenos días -dije-
- Sí
(volvía a estar de mal humor, estupendo)
Cogí un tazón y me lo llené de leche, mi madre salió por la puerta principal, y oí unos golpes en la trasera.
Me giré. Y allí estaba el desaparecido.
Sentí un repentino alivio al verlo, y me moví para abrirle.
- Hola -saludó con una sonrisa-
Le sonreí a modo de respuesta.
- ¿Qué tal, desaparecido?
Se rió.
- Bien, losiento.
- ¿Has desayunado?
- No
- ¿Tienes hambre?
Se acercó y cogió otro tazón. Caminamos hasta el sofá y nos sentamos para ver la televisión -como la otra vez- pero esta vez puse una película en vez de las noticias.
Me quedé mirándole, esperando a que hablase.
Y así lo hizo.
- He estado en un pueblo que no está muy lejos de aquí.
- ¿Robando? -pregunté-
- No..
Se entristeció, pero se lo tenia que preguntar.
Levanté la mano y le agité el pelo dejándolo echo un lio, se peinó y me miró con una sonrisa bastante amplia. Se la devolví.
- ¿Y que has hecho? -continué-
- Nada interesante -se encogió de hombros-
Asentí y me acabé la taza de leche, la dejé en la mesa y me puse a ver la película.
El hizo lo mismo.
No era nada interesante, unos niños salvaban el mundo de una especie de "director malvado"
Me miró y luego añadió;
- ¿Hacemos algo? No creo que te esté gustando mucho esta película.
- Y no me gusta, pero no hay otra cosa, pero bueno, prefiero hacer algo.
- Bien -sonrió-
Se levantó y me señaló la puerta.
Le seguí.
Me guió por el bosque, y llegamos a un claro. Era bastante bonito. Tenía muchos colores vivos, así que avanzamos y nos sentamos en el suelo.
- bonito -susurré-
Me miró y asintió.
Nos quedamos así un rato, y al final nos volvimos a levantar, y me llevó de vuelta a casa.
-¿ Que te parece si cocino yo?
- Me parece estupendo -sonreí-
Entró y se puso a preparar unos platos de pasta. Me quedé mirándole he intentando aprender algo, era inutil.
Los terminó y nos los comimos, después estuvimos hablando.
- Creo que puedo dejar de hacer lo que ago -dudó-
- ¿Cómo?
- Pues si me voy, o no lo sé... la verdad.
- Bueno, no le des importancia ahora.
Asintió y me sonrió (o eso creo) por que fue tan leve que apenas se le notaba.
Miré al techo, y apollé mi cabeza en el respaldo del sofá.
Se me quedó mirando.
- Parece que no te importa
- le miré-
- Claro que me importa, pero no voy ha dejar de hablarte, o lo que sea, por eso.
- Es una buena razón.
- No para mí.
Dí por terminada la conversación, me levanté y me puse a fregar los platos. No quería seguir por ahí.
Se quedó mirándome, y decidió levantarse y venir a ayudarme. Todo un caballero.
Pasamos la tarde mirando la televisión, y hablando un poco mientras había anuncios, hasa que llegó mi madre y se tuvo que ir.
- Hola mamá -saludé-
- Hola hija
Subió a su despacho, y me quedé sola y a oscuras, así que decidí irme a la cama.
Empezé a escuchar ruidos en la ventana, me asomé.
No era el.

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