domingo, 27 de marzo de 2011

Shine. Capítulo uno:

Esa mañana me levanté y cogí mi abrigo, salí por la puerta trasera de mi casa y me quedé sentada en el jardín, después de un par de horas me volví a levantar y empezé a caminar. Me adentré en el pequeño bosque qué teniamos en el pueblo, si ubiese sabido que no era tan pequeño como decian, no ubiese entrado.
Me giré, no sabía volver.
Decidí seguir caminando, y así lo hice.
Algo me golpeó la espalda y me agarró antes de caer al suelo, me tapaba la boca y la nariz. Empezé a retorcerme y a dar patadas al aire, me ahogaba.
No sabía que hacer.
Tenía miedo
Empezé a llorar y miré hacia arriba. Apenas podia ver a causa de las lágrimas, pero lo ví.
Era un chico mayor que yo, pero no mucho, un año o dós quizás.
Parecía bastante alto, y tenía los hombros anchos, un flequillo oscuro le caia por parte de la cara, sus ojos eran grises, con un pequeño tono verdoso.
Y entonces me soltó.
Me quedé acurrucada en el suelo, hasta que mi respiración empezó a ser regular, y entonces, habló;
- Vete a casa
No era ninguna petición, parecía enfadado, a pesar de que a la que estaba asfixiando era a mí y no al revés.
Tardé un rato en procesar la respuesta que queria darle, pero lo hice.
- no se volver
-almenos pude controlar mi voz, y no se me quebró-
Me miró con cierta duda, y me ayudó a levantarme.
Luego me acompañó a casa.
Yo no sabía volver, y el sabía donde vivía. Estupendo.
Cuando ví el jardín me paré en seco.
Tenía que preguntárselo, y así lo hice.
- ¿quien eres? -hice una mueca-
Me miró, pero no parecía que fuese a decir nada. Así que probé otra vez.
- No diré nada.
- Eso ya lo sé.
-sonrió de medio lado, con una expresión maliciosa-
Y sin saber como, le devolví la sonrisa.
- ¿Y bien?
- George
- Chris
- Ya, eso también lo sé.
No sabía que contestarle, así que no lo hice.
Me quedé quieta, mirando la puerta trasera de mi casa.
- ¿no piensas entrar?
Le miré.
Empezé a cruzar el jardín, y me giré antes de abrir la puerta.
Se había ido, no sabía si devía alegrarme o no.
Así que entré, mi madre no estaba.
Pensé en preparar algo de cena, algo sencillo. La cocina no era lo mio. Preferí dejarlo.
Así que opté por una sopa de lata.
La calenté, me la comí y subí a mi cuarto.
Estube un buen rato mirando por la ventana, sin ver nada, hasta que me entró el sueño y me dormí.
Sobre las 5 de la mañana algo me despertó. Bueno, enrealidad me desperté yo sola, ya que el apoyo de la ventana, no es muy cómodo para quedarse dormida, y ahí estaba.
En el patio trasero de mi casa.
Distinguí su silueta al lado de los columpios que tenía cuando era pequeña. Estaba apoyado en uno de los palos, y no me había visto.
Una vez más, no supe como actuar.
Me quedé mirándole un rato, hasta que me cansé.
Me levanté y bajé a la cocina (con miedo) a por un baso de agua, me lo bebí y fuí hacia la puerta de cristal por la que habia entrado el día anterior.
Decidí salir, y de una vez se dió cuenta de que estaba despierta.
Me quedé quieta enfrente de la puerta, sin cerrarla, por si tenía que salir corriendo hacia mi habitación.
Se acercó.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó-
- esta es MI casa.
- me refiero despierta, en el jardín
- ¿Qué haces tu en el jardín? -le solté-
- Yo pregunté primero.
- Te ví, y bajé
- no lo sé
Me quedé mirándolo un rato, y me pregunté si mi madre habría regresado. Todo indicaba que no.
Dudé, pero al final me resultó lógico.
- Pasa.
Entré en el salon-cocina le señalé un sofá, y subí la mitad de las escaleras.
Entró.
- No robes -dije-
Se rió y agitó la cabeza.
No parecía un mal tipo.

2 comentarios:

  1. Para ser la primera vez que escribes está muy bien ^^ en cuanto pueda seguiré leyendo la historia! :D Por cierto, te sigo.
    http://losuenosehacenrealidad.blogspot.com/

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